martes, 15 de mayo de 2012

El MAESTRO

Hace ya muchos años, pero no tantos como en los cuentos clásicos, existió un grupo de hombres, que fueron y siguen siendo un motivo de orgullo, una imagen a la que imitar y sobre todo seres que sembraron, en los futuros hombres y mujeres, la semilla de la dignidad del ser humano

En aquellos años, pocas ciudades había, la mayoría de los españoles vivían en aldeas y pueblos, generalmente dedicados a la agricultura, la pesca o la minería. Había otros oficios, pero eran minoritarios

Todos los días con frío o calor, con lluvia o sol, recibía a las niñas y niños del 
pueblo, vestido con su característico traje gris ya raído y su corbata descolorida. Los saludaba con educación y los niños, solían llevarle pequeños regalos (un pescado, unas patatas, …. incluso alguna botella de vino casero)

En aquellos años, niños y niñas se sentaban juntos en la escuela y juntos se formaban para el futuro

El maestro, les enseñaba a leer y a escribir, las cuatro reglas, un poco de ortografía y algunas otras cosillas. Les leía lo que “grandes pensadores” habían escrito. Les contaba maravillosos cuentos mediante los cuales los niños aprendían la historia y de vez en cuando les exponía algún “principio moral” para que ellos lo pensaran y discutieran. Otras veces iban de “excursión” y descubrían aquello que siempre estuvo allí y nunca lo vieron

Ir a la escuela no era algo doloroso como lo fue años después. Lo doloroso era que a los pocos años, los críos abandonaban la escuela. Era preciso que ayudaran a sus padres en las tareas.

El Maestro, sí con mayúscula, era un personaje respetado y sobre todo querido. No era ni rico ni poderoso, más bien era económicamente tan desgraciado, como la mayoría de sus vecinos. Cuando moría, todo el pueblo le lloraba. Eran tan valiosos y había tan pocos que los niños debían esperar mucho tiempo antes de que llegara otro a ocupar su lugar

Pero un día alguien, decidió que había llegado su hora. Decidió que el hombre no debía ser libre y que las riquezas, deberían ser para unos pocos. Se desató una horrible guerra. “Hermanos contra hermanos”. “Derechas” contra “izquierdas” aunque pocos sabían el porqué de esta dicotomía, Incluso años después hay quien aún no lo sabe

No era una guerra clásica, en la que las gentes luchaban, mataban y morían por defender a los suyos o bien para adueñarse de las riquezas de otros países. En esta guerra, solo unos pocos, muy pocos, salieron beneficiados, la mayoría del pueblo acabó muerto, exilado o esclavizado

De entre todos sectores del pueblo, probablemente fueron los Maestros los que llevaron la peor parte. No enseñaban la “verdad” de los vencedores, enseñaban la “Verdad”, Mantenían firmes sus principios de respeto, justicia y libertad. Seguían defendiendo la igualdad de todos los hombres y mujeres

Pero ya, no todos eran iguales. Unos eran más iguales que otros. Los señoritos se habían adueñado de lo ajeno. Los que descendían de familias que en sus tiempos fueron dueños de tierras y hombres, se cobraron los “atrasos” con todos sus “intereses”. Además surgieron otras “castas”, la de los militares vencedores, la de extranjeros fascista que hicieron sus negocios, ...

Los maestros fueron poco a poco denunciados y poco a poco fusilados o encarcelados. Otros ocuparon su lugar. Adictos al nuevo régimen, ocuparon sus puestos. La gran beneficiaria de esta guerra, fue la Iglesia. Coparon la enseñanza y volvieron a separar a los niños y las niñas. El resto es la historia de una dictadura que a muchos nos tocó sufrir

En plena Dictadura Franquista, un Almirante, Carrero Blanco, ideó una serie de televisión con el objetivo de potenciar los “Principios del Movimiento” o lo que es lo mismo “los valores” del fascismo

La serie, Crónicas de un Pueblo” tuvo mucho éxito. Narraba la vida “cotidiana” de un pueblo de Castilla. Pero no logró su objetivo. La imagen que quedó en nosotros, fue básicamente la de un pueblo ideal, donde todos eran amigos y se ayudaban. Donde el maestro amaba a sus alumnos, donde todo era maravilloso. Precisamente lo contrario de lo que era la realidad de la época

Cuánto debe este País a aquellos “MAESTROS”, incluidos sus salarios


Jorge (caballoloco)

No hay comentarios: