miércoles, 2 de mayo de 2012

Un día especial




Cuando amaneció, me di cuenta que aquel día iba a ser diferente. No iba ser un día como lo fue el anterior ni como lo sería el siguiente. Era jueves, justo el día central de la semana, el cielo, lo decoraban pequeñas nubes

Es lo primero que me llamó la atención. No eran nubes de contornos mas o menos difusos, ni de textura deshilachada. Eran todas iguales. Sus contornos perfectamente definidos y con un extraño y uniforme color rosado

Como cada mañana, encendí el aparato de radio, sonaba una suave melodía. No se lo que impulsó a ello pero la apagué y la volví a encender. En ese momento una dulce voz daba los buenos días. “Buenos días ciudadanos, buenos días Laura”

Sí, acababa de saludarme, acababa de decir mi nombre. Aturdida, volví a apagar y encender el aparato y seguía sonando la suave melodía. Tras unos segundos, repetí la operación y la voz que me había saludado, continuaba dando las noticias.

Todas ellas eran amables, …. “ayer fue ingresado José Luis en la clínica del Pilar. El hijo de Manuel y Catalina, de cinco años de edad, se había roto un brazo, como consecuencia de una caída mientras bajaba corriendo las escaleras”. Abrí el cajón y cogí un tenedor. Me pinché repetidamente la mano y no, no estaba soñando. Manuel y Catalina eran mis vecinos y efectivamente su niño, se había roto el brazo.

Decidí apagar la radio

Me preparé ligeramente y bajé al kiosko de la esquina a comprar el periódico.

“Buenos días Laura, ¿Como así tan temprano?” Me saludó “Paco”, el kioskero,

“No lo sé, hoy me he levantado un poco antes de lo habitual y me apetecía leer las noticias” le contesté

“Pues hoy parece que va a ser un día tranquilo. Por cierto Laura, que tal el niño de Catalina?

“No lo sé, lo escuché en la radio”

Durante unos segundos, me quedé callada y aturdida por la expresión de Paco. “Tal vez caigan algunos copos de nieve, ya veremos”, No era precisamente la nuestra una región en la que nevara, Nunca leí o escuche que lo hubiera hecho, pero sería realmente bonito, que al menos una vez lo hiciera

Volví a casa, sintiendo su mirada clavada en mi espalda. Nunca había sentido esa sensación. Giré la cabeza y efectivamente. Paco, con una sonrisa en su boca, me acompañaba con su mirada. Le saludé justo antes de doblar la esquina

Preparé el desayuno y empecé a leer el diario

“El Gobierno revoca varias leyes relativas a los derechos ciudadanos. Se ha llegado a un acuerdo con las patronales y los bancos. Se trabajará menos horas para que todos tengan trabajo y se mantendrán los salarios …..”
“En París se reúnen los mandatarios de los países africanos junto con dirigentes europeos para solucionar el problema del hambre en ese continente. Las conversaciones están ya muy avanzadas. Ya es seguro que el año que viene recuperarán las cosechas y parte de su riqueza en petróleo y minería. Este año, Europa se encargará del suministro de alimentos … “

“Un grupo internacional de jueces, revisará los expedientes de Guantánamo. ….”

No creía lo que estaba leyendo. Pasé a las noticias locales y estas seguían en la misma línea. Por fin tendríamos la incineradora, para eliminar los restos de la basura tras recuperar metales, vidrio, .. La planta, en el proceso, producirá la energía suficiente para el hospital y las escuelas …..”

Temblorosa, volví a la primera página y si, se trataba del diario, no era un periódico fantasma. Era mi primer día en mi casa después de una estancia en el hospital al que me llevaron tras un desvanecimiento.

No daba crédito a lo que estaba ocurriendo a mi alrededor.

Encendí el ordenador e instintivamente fijé la vista en la parte superior. Me costó reaccionar decía “Jue 31 de febr, 10:15”

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