Esa persona
Son millones en este planeta, pero casi
no tienen voz. Muchas de ellas, tampoco voto pero casi todas están
ahí. Están donde estuvieron sus madres y sus abuelas y ...,
Haciendo posible la continuación de nuestra especie
Muchas veces están en el silencio de
las sombras o en las sombras del silencio, nunca he sabido cual de
las dos ubicaciones es peor para un ser humano. Otras, unas pocas de
entre ellas, están ahí, aportando un punto de cordura
Sin tan siquiera haber aparecido en
este mundo, ya nos dedican todos sus cuidados. Nos protegen del frío
y del calor. Nos protegen de caídas, golpes y agresiones. Nos
transportan en el mejor de los taxis
Nos reciben con sufrimiento y una
maravillosa sonrisa, es lo primero que vemos mientras la primera luz
y el primer llanto se mezclan, lanzándonos a la vida. Es una bella
sonrisa que quedará grabada en lo más íntimo de nuestro ser y que
nuestra memoria no es capaz de visionar. Hace falta todo nuestro
espíritu para poder cerrar los ojos y seguir disfrutando de ella
Nos dan el primer alimento. Una parte
de su propio cuerpo, en el envase más hermoso y con la mejor
presentación. Un envase, que a los hombres nos atraerá a lo largo
de toda nuestra existencia.
Jugaremos con ellas de igual a igual
hasta que un día, sin saber porqué, algo cambia. No puede seguir
nuestro empuje, no tiene nuestra fuerza y se convierte en ese ser de
trenzas o coletas. Ambas situaciones muy tentadoras. Difícil superar
esa tentación de “colgarse de ellas” y luego salir corriendo
Poco tiempo después, algo
irrefrenable, nos lleva hacia ellas. Las espiamos en las esquinas,
agazapados como cachorros hacemos lo posible y lo imposible para
cruzarnos con ella, e incluso ofrecemos nuestra hombría para
llevarle los libros. Casi nunca aceptan y si lo hacen, siempre se
quedan con ese cuaderno o cartapacio, que abrazan contra su pecho,
mientras por encima del canto, asoma su tímida sonrisa . Es una de
las poses más sensuales y excitantes
Pasa muy poco tiempo y empiezas a
pensar que la vida es algo realmente sensacional. Primeros roces,
primeras caricias de tus dedos en su mano, ese beso furtivo y esos
otros profundos. Largos paseos, intimidades en la última fila del
cine... Momentos, que como la sonrisa de nuestra madre, nos
acompañarán siempre
Pocas veces, esa o esas primeras
mujeres que caminan a nuestro lado, nos acompañarán a lo largo de
nuestra vida, pero como decía estarán siempre en nuestro espíritu
y habrán puesto su alfombra en nuestro camino
Nos acompañará en nuestro caminar.
Con ella, repetiremos el ciclo de la vida. Será nuestro apoyo,
nuestro paño de lágrimas. Nunca estará y su tristeza la esconderá.
Nos mostrará la cara amable de la vida y al final, cuando volvamos a
ser como niños, seguirán estando ahí, sacando fuerzas no se sabe
de donde, para cuidarnos, para hacernos la vida un poco más fácil
Que gran invento
Caballoloco
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