lunes, 19 de marzo de 2012

Examen de conciencia


Lo digo cada año y lo repito otra vez: me parece injusto que haya un Día de la Mujer y que no exista un Día del Hombre.


Me dicen que nosotras tenemos ese día ,"Día de la Mujer" porque es necesario para contrarrestar los otros 364 días del año que son de vosotros, que es necesario ese día para defender unos derechos que vosotros no teneís porqué defender puesto que vosotros, desde tiempos inmemoriales, habeís hecho las leyes o impuesto por la fuerza la vuestra particular.



Pero no estoy totalmente de acuerdo con esta imagen simplista que pone en oposición hombre y mujer: lo mismo que hay hombres y hombres... hay mujeres y mujeres.



No somos imagenes, caricaturas, caras opuestas de la misma moneda.
Somos la misma cara de dos monedas distintas pero parecidas y de curso legal.



Hay tantas mujeres "defectuosas" como hombres "defectuosos".
Lo mismo que hay tantos hombres tan maravillosos como otras tantas mujeres maravillosas.
Estos defectos y cualidades no tienen sexo. Son del ser humano.



Conozco hombres tiernos y fuertes a la vez. Hombres maravillosos, que no se olvidan jamás.
El padre que guía tus primeros pasos y se desvela por tu futuro.
Los hermanos y primos, compañeros de juegos que te empujan sin miramiento porque te ven como lo que eres: una persona como ellos.
Compañeros de pupitre que hablan y escuchan, y cooperan de igual a igual.
Compañeros de mesa que lo mismo cocinan para ti que tú para ellos.
Compañeros de cama que respetan y satisfacen tus deseos lo mismo que haces tú con los suyos.
Hombres que saben llorar en tu hombro lo mismo que saben secar tus lágrimas.
Hombres que entienden y aceptan tus manías lo mismo que tú, las suyas.
Unos que te dedican su vida lo mismo que tú haces con ellos.
Con cariño, con respeto.



Ninguno es tan perfecto como para tener todas estas cualidades juntas, de la misma forma que ninguna de nosotras tampoco las tiene todas.



Ya sé que no todas las mujeres tienen mi suerte en conocer hombres así, y ya sé que más de una me llamará trásfuga pero... cada uno habla de lo que conoce. Y cada una también.



Pienso que si nosotras tenemos todas o algunas de estas cualidades que algunos nos reconocen, es gracias a ellos: con su mirada nos ha creado.
Y su mirada ha sido tierna, la mayoría de las veces.



Y si algunos de ellos no siempre tienen esas cualidades, es sencillamente culpa nuestra: no hemos sabido crearles a ellos.
La educación que ha estado tanto tiempo en nuestras casi exclusivas manos en el seno de la familia, esta educación de parte de las madres ha sido sexista... ¿cómo quejarnos ahora, si no hemos sabido moldear la materia prima que ellos nos dan y educar a los hijos, hermanos, compañeros o maridos?



Ellos tienen los mismos deseos, las mismas aspiraciones, las mismas metas que nosotras.
Ellos también son maravillosos.



Nosotras, hemos aprendido su idioma pero no les hemos dejado de pequeño aprender el nuestro.
Y es bien sabido que aprender idiomas es más fácil de pequeño que de mayor.
Algunos hablan este idioma de cariño y respeto y otros no, pero la culpa no siempre es suya.



La mujer... el hombre... "grandes inventos". Los dos por igual.



Y como todos los inventos, imperfectos por supuesto, pero susceptibles de mejoras hasta transformarlos en obras de arte, moldeadas con cariño y dedicación.



Señores, yo os aprecio todos los días del año. (... bueno, no a todos por supuesto (una no es tan ingenua como le gustaría poder ser) pero a la gran mayoria.)

No hay comentarios: