lunes, 19 de marzo de 2012

Burbujas

Sus burbujitas algo más disipadas siempre que las americanas. Pero como van unidas a casi todas mis etapas avícolas… Cuando era patita todavía, medíamos con exactitud milimétrica las gotas del litro de Casera, que debían ser las mismas en los vasos puestos en carrafilera sobre la mesa…Y eso rogando que no cayera por allí algún primo a la hora de abrirla y entrara también en la repartición.

Luego de polluela, en la mesa del quiosco del parque todavía se seguía repartiendo. Nunca se llegaban a llenar los vasos, éramos tantos en aquella pandilla. La tapa, de altramuces invariablemente, resultaba también siempre escasa. Los llamábamos con otra palabra, pero es que resultaría bastante ordinaria escrita ahora por aquí. 

Y ya de ejemplar adulto...Casera de limón con vino tinto, hielo, y una rodaja de limón me encanta. Todavía hay un sitio donde la ponen. Desde detrás de la barra “el diabolo”, ya para jubilarse, tararea aquello de Extremoduro, hace un guiño y dice que la compra solo para cuando voy. Aunque sé que me engaña. Las tapas siguen siendo una institución.

Ya no viene con aquel cierre de palanca, no trae el bonito tapón de porcelana, ni la gomita de estanqueidad. Tampoco se devuelven los envases, y no regalan muñecas juntando las caperuzas de papel que venían protegiendo el tapón. Algunos viajes dábamos para ver si habían llegado ya los dichosos regalos, que tardaban los días que son una eternidad para los niños…Pero entre que íbamos y veníamos, en el camino nos entreteníamos 

En la mesa de la salita encuentro ahora latas abandonadas más de medias, enfrente de la play. Cuanto les reniego!. Pero como sé que luego tendrán también sus recuerdos felices, y que cuanto me gustará conocerlos. Me asalta alguna vez como una añoranza futura cuando veo una cara de viejita.

2 comentarios:

Diego dijo...

No pienso eliminar este texto, Mercedes :D

Mercedes dijo...

Bueno, pero que texto no era!.

Está bonito Burbujas, gracias.

Otra copa que te debo, eso si con de La Casera eh!