miércoles, 11 de enero de 2012

La gata mecánica



Me desplacé a un lado, puse las patas traseras sobre la repisa de la azotea y ¡zas! con la mitad del impulso me coloqué en el edificio contiguo. Trepaba por unas escaleras metálicas en busca de dos sabrosos gorriones cuando mi amo emitió ese extraño sonido que los humanos usan para llamar a los gatos. ¡psi, psi, misso, misso! Siempre hacía lo mismo. Cuando estaba más concentrada –en realidad soy una gata-, aparecía él y rompía los silencios que yo tardaba tanto en elaborar.

Vivimos en una finca urbana, en el centro de la ciudad y, la verdad, no me doy mala vida. Mientras permanezco dentro de la casa me dedico a inspeccionar mi cuenco de comida, a sestear o a dormir a pierna suelta. No hay nada mejor que hacer, pues en estas casas modernas ya no queda un mal ratón que llevarse a las garras. No acabo de comprender las sonrisas de mis dueños y sus hijos cuando, más por deporte que por otra cosa, me dedico a perseguir las pocas polillas de la luz que entran en verano por las ventanas.

Hay días que ya no lo soporto más y comunico a mis amos que quiero dar una vuelta por el edificio. Tengo que hacer esto porque desde que descubrieron que era capaz de abrir el picaporte de la puerta de salida, empezaron a llamarme la gata mecánica, apodo que no me molestó, pero sí que cerraran con llave la puerta. Ellos, sin embargo, entran y salen a su antojo.

La parte más dura de esta vida de gata sobreviene cada varios meses. No, de verdad. Yo soporto bien el encierro, la poca emoción, la rutina cotidiana e incluso la ausencia de roedores. Hay hasta pequeñas compensaciones cuando mi ama empieza a meter sus pieles y las de su marido y las de sus hijos a la lavadora (la mía no es de quita y pon) y luego se ve obligada a subir a la azotea. Casi siempre tiene la deferencia de permitir que la acompañe. Me solazo, persigo gorriones y me hago la remolona a la hora de regresar entre las cuatro paredes. También mi amo me lleva a una casita que tiene en el campo. Allí sí que disfruto. Me purgo, siento miles de olores distintos, me subo a los olivos y, cautamente, desaparezco por un rato. He llegado a coleccionar en una sola tarde media docena de lagartijas y he sentido el vértigo felino de atrapar no sé las veces al mismo ingenuo ratón. También distingo un olor, no sé, un olor especial que me hace sentir distinta, no sabría describirlo. Tal vez tenga que ver con esa extraña excitación que me da cada varios meses. Cuando ocurre no soporto a nadie, ni a mis amos ni a sus hijos ni a los hijos de los vecinos. Si pudiera, saldría corriendo y no pararía nunca. Es insufrible.

¡Psi, psi, misso, misso!¡gatita!¡gatita!....otra vez la misma gaita. No pienso responder. Esta vez no. Ya llevo tres días aquí, en el campo de mi amo. Vinimos los dos el domingo a regar los olivos y yo me entretuve más de la cuenta. Estuve husmeándolo todo, inspeccionando cada madriguera de ratón, cada olor que llegaba a mi negra nariz y conseguí que se me fuera el santo al cielo. No estaba prevenida cuando me invadió ese intenso impulso eléctrico que recorrió todo mi espinazo. También sentí un olor especial, algo muy familiar, cercano.

Y entonces lo ví: era espléndido, grandote, majestuoso y rayado. Era el gato de mis sueños. Llevamos tres días por aquí, tonteando. No , definitivamente no pienso responder. Esta vez no. Al menos, por ahora.

5 comentarios:

narradores de infojardín dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
diego dijo...

Un gato montés murcianico, sin duda, Manu. Entiendo que no quiera volver tu gata mecánica. Si yo fuera gata también preferiría tu casica en el campo, que conozco, y el gato montés, al ruido de las traperías y platerías.

Framboise dijo...

Pues sí... pobre gatita (algo siamesa ¿verdad?) si supiera lo bien que vive mi pantera no soportaría tan bien el cautiverio. Mira que tener que cazar mariposas de noche...

KRYZALIDA dijo...

Maravilla de cuento Manu, mira que ponerte bajo la piel de tu gata!; debería sentirse orgullosa de saber que sabes interpretar sus sentimientos. GRACIAS... Kryz.

suculentas en venta dijo...

Manu, me has dejado...me ha gustado mucho.

habrás vuelto ya no?

Bsucos